jueves, 30 de agosto de 2012

Ónfalos u “Ombligo del mundo”






Ónfalos es una palabra griega (Oμφαλoς) que significa ombligo.

Descripción

Ónfalos de Delfos que se exhibe en el
museo del Santuario de Apolo en Delfos,Grecia
El ombligo ha sido, desde tiempos remotos en el Viejo Mundo, el símbolo del centro. A partir de ese centro se creia que se había realizado la creación del mundo. Se sabe de la existencia de este símbolo en muy diversos pueblos. Su colocación en un lugar escogido lo hacia sagrado y lo convertía en el centro del mundo. El historiador y geógrafo griego Pausanias escribió sobre el ónfalos y decía de él que era el símbolo del centro cósmico donde se producia  la comunicación entre el mundo de los hombres, el mundo de los muertos y el de los dioses:
“Lo que los delfios llaman el Ónfalo está hecho de mármol blanco y dicen los delfios que es el centro de la tierra, y Píndaro en uno de sus cantos dice la misma cosa.[1] [2]
En el lugar sagrado de Delfos fue descubierto en el siglo XIX el gran yacimiento del recinto sagrado, dedicado al dios solar Apolo. Muchas de las piezas encontradas fueron llevadas al museo que se creó para estos descubrimientos y entre ellas una copia romana del ónfalos que se guardaba en aquel lugar. El original estaba en el interior del templo de Apolo y una de las copias de mármol es la que vio Pausanias delante del edificio. La red de bandas de lana que recubría el ónfalos estaba representada en relieve cubriendo la piedra. En el original los nudos estaban adornados de piedras preciosas adornados en forma de cabeza de Gorgona y con dos águilas en la parte superior.
http://www.imperioromano.com/blog/img/delfosweb.JPG
Templo de Apolo en Delfos,Grecia.AL fondo el monte Parnaso
La leyenda cuenta que el dios Zeus mandó volar a dos águilas desde dos puntos opuestos del Universo. Las águilas llegaron a encontrarse aquí, en Delfos, donde una piedra cónica llamada ónfalos muestra el lugar donde se posaron las aguilas.

Plano del Santuario de Apolo en Delfos
La piedra, en forma de medio huevo, fue encontrada durante las excavaciones cerca del templo de Apolo. Estas piedras representando el ombligo del mundo eran un símbolo del centro cosmico, el lugar donde se creia habia comenzado la creación del mundo. Al colocarlas en un determinado espacio, lo sacralizaba y lo convertía en el centro religioso. En el caso del ónfalos de Delfos, así fue y este santuario se convirtió en el ombligo o centro religioso de toda la Helade.
En algunas monedas encontradas en el recinto se puede ver la imagen del ónfalos, esquematizada y representada por un punto en el centro de un círculo.
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Vista general del Santuario de Delfos desde el monte Parnaso.En el centro el templo de Apolo y sobre el el teatro y mas arriba, a la izquierda, el estadio.
El templo de Apolo se situaba en un santuario, celebérrimo en la antigüedad, que se alzaba cerca del Parnaso, monte consagrado a las musas, dominando el Golfo de Corinto, en un lugar de relieve montañoso, recortado por las Fedríades, dos inmensas rocas que forman una garganta de donde brota un manantial cuyas aguas son sagradas desde tiempos remotos (la denominada Fuente Castalia, cuyo nombre sería el de una muchacha del lugar que, acosada por Apolo, se habría arrojado a la fuente).
En ella, precisamente, bebía agua y realizaba sus purificaciones la Pitia, mujer sensible utilizada por Apolo para ponerse en contacto con los humanos.
Solo se conservan dos menciones del mundo griego, entre las numerosas fuentes  literarias que hacen referencia a este lugar, en las que se pone de manifiesto la unión de las creencias de los griegos y su adaptación al espacio y a las condiciones naturales, que hicieron de la Pitonisa de Delfos y sus trances, inducidos por las emanaciones de gases, del subsuelo del Santuario de Gea,la Madre Tierra, una referencia esencial de todo el mundo griego. Eurípides afirmaba:
“…He llegado a esta tierra de Delfos donde Febo (Apolo) canta para los mortales sentado en el ombligo mismo de la tierra y les manifiesta el presente y el futuro…” (Eurípides, Ion). Muchos siglos antes el culto a este dios y su santuario fueron mencionados por Homero: “…Es allí que el señor Apolo decidió construir un templo agradable y dijo estas palabras: Tengo la intención de construir un templo magnífico, oráculo para los hombres, que siempre, para consultarme, conducirán a mis altares perfectas hecatombes. Los que habitan el áspero Peloponeso, como los de Europa y las islas ceñidas de mar, a todos ellos quiero dar a conocer mi voluntad infalible pronunciando mis órdenes en un rico santuario…” (Himno Homérico a Apolo).
El dios Apolo derrotó a este monstruo, se apropió del don de la profecía y refundó el oráculo, que quedó a cargo de su sacerdotisa, llamada Pitia o Pitonisa en honor a la serpiente. Sentada sobre un trípode profetizaba los acontecimientos futuros que interesaban a todos aquellos que acudían al santuario para realizar sus consultas: estaba abierto a todos los hombres, pero algunos privilegiados -en general, ciudades importantes- tenían el privilegio de consulta preferente. El precio no era del todo inasequible, una consulta costaba a un ciudadano particular una dracma, el equivalente al salario de dos días de un jurado de Atenas. Más importante era realizar el sacrificio previo de un animal -que podía adquirirse en el santuario- o presentar obsequios a Apolo, como estatuas o trípodes. Poco se sabe del interior del templo de Apolo, donde se hallaban la Pitia, un cuerpo de sacerdotes de varias categorías y el archivo de oráculos. Se han propuesto diversas teorías para explicar el misterioso éxtasis profético que alcanzaba la Pitia: mediante la ingesta de varias sustancias -las aguas de la fuente Casotis o el laurel ritual, masticado con una miel tóxica- o a través de un vapor que provenía de una grieta en el suelo.
Una investigación geológica dirigida por el gobierno griego para instalar un reactor nuclear señaló la existencia de una falla que atravesaba Delfos y la presencia de gas etileno, que contiene propiedades tóxicas. Filósofos griegos, como el propio Sócrates, se inspiraron a menudo en los oráculos de Delfos, en cuyo templo estaba inscrita la máxima «conócete a ti mismo». La implicación del oráculo en los dos grandes conflictos que convulsionaron la Grecia clásica marcó el inicio de su decadencia. Finalmente, en el 392 d.C., tras un largo declive en época romana, el edicto de Teodosio clausuró oficialmente el oráculo.



En el santuario de Delfos ,las polis griegas y sus ciudadanos consultaban el oráculo del dios Apolo, que habría llegado a este lugar en tiempos remotos para establecerse en él y ordenar que se levantase un templo en donde pudieran los humanos recibir sus consejos.
Apolo mató a una serpiente monstruosa, conocida como Pitón, que tenía atemorizados a los lugareños y residia enlas inmediaciones de la Fuente Castalia.
Por ese motivo se le veneró aquí bajo la advocación de Apolo Pitio, el que había matado a Pitón.Los simbolos de Delfos  eran el trípode, asiento con tres patas que utilizaba como asiento la Pitia, su sacerdotisa; el laurel, que facilitaba la tarea profetizadora, y el ónfalos, piedra oval que indicaba el centro del mundo conocido por los griegos.

DOCTORA ANA MARIA VAZQUEZ HOYS

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